jueves, 10 de diciembre de 2009

1998, Europeo sub'21: Máxima eficacia

A veces los títulos llegan cuando uno menos se lo espera. En el caso que hoy nos ocupa no es que no se confiara en una selección repleta (como casi siempre) de grandes jugadores, sino que simplemente no parecía la ocasión más propicia para levantar un trofeo. Con la atención de la afición dispersa entre la resaca de las celebraciones por la séptima Copa de Europa del Real Madrid y los preparativos para el Mundial de Francia'98 (torneo del que curiosamente sí esperábamos bastante más), el Europeo sub'21 de Rumanía no levantaba demasiada expectación. Si dos años antes, jugando en casa (y con Raúl y De la Peña en el equipo) no habíamos sido capaces de ganar, nada nos hacía pensar que esta vez sí lo pudieramos conseguir. Pero mientras veíamos a nuestra selección levantando la copa, seguro que más de uno se prometió no volver a dudar de una España de categoría sub lo que fuese.

La larga fase de clasificación para esta cita, paralela a la del Mundial de Francia 1998, comenzó en octubre de 1996 en la República Checa con una sufrida victoria por 1-2 gracias a dos postreros tantos de Morientes y Celades, bajo la dirección del seleccionador absoluto Javier Clemente. Con el rubio de Barakaldo en el banquillo llegarían el empate ante Eslovaquia en el Insular de Las Palmas que supuso el principio del fin de la prometedora carrera futbolística de Álvaro Benito, un ajustado triunfo ante la Yugoslavia de Dragutinovic, Paunovic y Stankovic, y una apagada goleada en Malta con Salva Ballesta como bigoleador. En febrero de 1997, y ante la débil selección de la isla mediterránea, Iñaki Sáez se estrenó dejando muchas dudas (1-0 y gracias), pero empezó a convencer con su victoria en Yugoslavia por 1-2 y dejó al equipo al borde de la clasificación tras un contundente 4-0 a los checos en Burgos. El pase a la fase final quedó sellado en septiembre en Eslovaquia tras un trepidante encuentro que acabó con un marcador de 3-4 (con dos goles del debutante Benjamín) que puso de manifiesto la superioridad técnica de los jóvenes españoles en su grupo.

Aunque Iñaki Sáez era ya quien se sentaba en el banquillo de la sub'21, lo cierto es que el verdadero mando recaía en Javier Clemente, como demuestra el hecho de que fuera el propio seleccionador absoluto quien anunciara conjuntamente las listas de convocados tanto para el Mundial como para la Eurocopa sub'21. Esa autoridad había motivado la marcha de Andoni Goikoetxea unas semanas antes de los Juegos Olímpicos de Atlanta'96, pero a Sáez no parecía incomodarle. Así que los 20 convocados (por Clemente) para la fase final de Rumanía fueron los siguientes: Josico (Albacete), Felipe Guréndez (Osasuna), Arnau y Roger (Barcelona), Ito y Míchel Salgado (Celta), Valerón (Mallorca), Iván Pérez (Betis), Guti y Víctor (Real Madrid), Esteban (Oviedo), José Félix Guerrero (Racing), De Paula y López Rekarte (Real Sociedad), Benjamín y García Calvo (Valladolid), Cuartero y Marcos Vales (Zaragoza), Salva Ballesta (Sevilla) y Ballesteros (Tenerife). Antes de comenzar el torneo, el valencianista Angulo sustituiría a De Paula por lesión. Por el camino, además de Celades, Etxeberría y Morientes (que dieron el salto a la absoluta para disputar el Mundial), se habían quedado jugadores como Álvaro Benito (que iba de operación en operación), Toni Velamazán, Manuel Pablo, David Cordón, Santi Ezquerro, César o Iván De la Peña, que debido a las lesiones y a los problemas con Van Gaal había ido perdiendo sitio en el Barça y consecuentemente en la selección sub'21.

En esta fase final de 1998 la UEFA, que daba tumbos buscando la fórmula de competición idónea para este torneo, optó por un novedoso formato consistente en eliminatorias a partido único desde cuartos de final. España debutó el 24 de mayo ante Rusia en Bucarest, en un partido que dominó de principio a fin amparada en un sólido sistema defensivo que servía de base para las escaramuzas de Valerón, Roger y Marcos Vales. Además Arnau paraba todo lo que llegaba a su portería y con esos ingredientes la victoria parecía más cerca que la derrota, y aunque hubo momentos para la duda, un gol de Iván Pérez a diez minutos del final certificó el pase de España a las semifinales. El rival, Noruega, invitaba al optimismo, pero como casi siempre hubo que trabajar a fondo para conseguir la victoria. Nuevamente España controló el ritmo del partido, pero tanto Valerón como Guti (declarado mejor jugador del choque) vieron como el palo rechazaba sus disparos en la primera parte. Salva, sustituto en el once inicial de Iván Pérez, tampoco acertaba con la portería nórdica, y los tempraneros cambios introducidos por Sáez no sólo no mejoraron la puntería sino que colocaron  al equipo en una situación crítica cuando Míchel Salgado se vio obligado a retirarse lesionado, dejando a España con diez. Afortunadamente Noruega apenas inquietó la meta de Arnau, ni siquiera durante los minutos en los que disfrutó de superioridad numérica (al filo del 90 fue expulsado Heggem), llegándose a la prórroga con el marcador inicial. Y al poco de comenzar el tiempo extra, una combinación entre Guti e Iván Pérez encontró por fin el camino del gol (de oro) y nos metió en la segunda final consecutiva de la categoría. El partido por el título, celebrado en el estadio del Steaua, contó con otro rival inesperado, Grecia, y fue quizá en el que peor jugaron los de Sáez. Pero las finales hay que ganarlas, y eso fue lo que hicieron nuestros chavales ante una selección griega en la que aparecían ya varios de los jugadores que acabarían conquistando el europeo absoluto en 2004, como Dellas, Basinas o Karagounis, entre otros. En un disputado encuentro en el que Arnau resultó decisivo una vez más, Iván Pérez aprovechó un balón suelto en el área tras un córner para adelantar a España al poco de comenzar la segunda mitad. Y como en los dos encuentros anteriores, ese solitario tanto del bético fue suficiente para llevarse el partido.

No deja de ser curioso que un equipo con tanto potencial ofensivo (Roger, Valerón, Guti, Víctor, Benjamín, Salva) acabara ganando el campeonato basándose en una fortaleza defensiva que le valió a Arnau para obtener el premio al Mejor Jugador del torneo. Cosas de Clemente, quizás. Pero lo importante es que, aunque fuera de una manera más típica de Italia que de España, nuestra selección consiguió levantar un trofeo que se resistía desde 1986 y que, aunque entonces no lo imaginábamos, ya no hemos vuelto a conquistar. De hecho, para encontrar la primera participación de España en una fase final de la categoría tras este título de 1998 y el tercer puesto en la siguiente edición tenemos que viajar hasta el verano pasado, cuando el equipo de López Caro no pudo siquiera superar la fase de grupos. Para la próxima edición, que además clasifica para los Juegos Olímpicos de 2012, el pase se ha complicado tras la derrota en Holanda. De fallar, serían ya 3 olimpiadas consecutivas sin representación española en el torneo de fútbol. La crisis de la sub'21 parece evidente pero resulta difícil decir si debe ser motivo de preocupación. Siendo (como el resto de selecciones inferiores) una categoría todavía de formación, puede ser en la que con más razón se debería aplicar el criterio de obtención de resultados, pues constituye el último escalón antes de la élite y ahí hay que aumentar el grado de exigencia en todos los niveles, incluido el de los resultados. Y esos resultados no se están consiguiendo, pese a haber contado con grandes jugadores, pero tampoco se puede negar que en los últimos años los mejores exponentes de la sub'21 apenas han jugado un puñado de partidos en ella antes de integrarse con éxito en la absoluta, que es donde sí se exigen resultados (y afortunadamente se están logrando). Por otra parte, en esta categoría se citan ya las promesas más firmes de cada país, jugadores que mayoritariamente ya están despuntando en las distintas ligas, y esto hace que casi todas las naciones presenten equipos muy competitivos, aunque se trate de federaciones que en categorías inferiores no suelan obtener buenos resultados por no realizar una adecuada búsqueda de talento. Como casi siempre, no es fácil llegar a alguna conclusión definitiva, pero en todo caso deseamos que pronto haya otro grupo que pueda revivir el triunfo de la generación a la que hoy recordamos.



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Fotos: El Mundo Deportivo

viernes, 4 de diciembre de 2009

La ¿maldición? de Cobi

El otro día se quedó pendiente un repaso a la carrera de nuestros campeones olímpicos en Barcelona'92, especialmente a las circunstancias especiales que rodearon casi todas sus retiradas. Porque la mayoría disfrutaron de unas carreras relativamente brillantes, alcanzando en muchos casos la selección absoluta, participando en Mundiales y Eurocopas y logrando varios títulos con sus respectivos equipos, pero también casi todos se vieron envueltos en lesiones y polémicas a la hora del adiós, muchas veces más temprano de lo normal para un futbolista profesional. Seguramente no sean más que un cúmulo de casualidades, pero no deja de ser curioso echar un vistazo y ver que del once titular de la final prácticamente nadie se salva de lo que la gente no tardó en llamar "la maldición de Cobi".

Toni Jiménez había completado un torneo olímpico memorable. Se había hecho con el puesto adelantando a un Cañizares que se perfilaba como titular antes del campeonato, y consiguió llegar a la final sin recibir ni un solo gol. Aquel año había estado cedido por el Barça en el Figueres, con el que se quedó a un paso de ascender a Primera. Tras los Juegos estuvo a punto de firmar por el Zaragoza pero a última hora prefirió la oferta del Rayo Vallecano, con el que debutó en la máxima categoría de la mano de Jose Antonio Camacho. Con el técnico murciano viajó después al Espanyol, al que devolvió a Primera, asentándose rápidamente como uno de los mejores guardametas de la categoría (llegó incluso a debutar con la absoluta, con Camacho, cómo no), hasta que en 1999 fichó por el Atlético para conformar una portería de auténtico lujo junto a Molina. Pero todo se torció. Suplencia, descenso y un error garrafal en la final de Copa ante su ex-equipo le marcaron y desde entonces la inseguridad y los errores fueron sus acompañantes. Pese a regresar al club perico en 2003, la temporada siguiente se retiró con 34 años, una edad no excesivamente elevada para un guardameta.

Juanma López era uno de los defensas más temidos por los delanteros de la Liga a principios de los 90. Fuerte y expeditivo, su juego al límite le ocasionó más de un disgusto en forma de expulsión y pronto se le colgó la etiqueta de leñero, aunque en su defensa alegaremos que en su historial no consta ningún lesionado. Tras ganar el doblete con su Atleti, su carrera se truncó en 1997 con una grave lesión de rodilla de la que recayó en varias ocasiones (una incluso por culpa de un accidente doméstico) y que acabó obligándole a retirarse en 2001.

Abelardo ya había debutado con la selección absoluta en uno de los primeros partidos de Miera y era uno de los defensas con más proyección del país. Su crecimiento le llevó al Barça en 1994, donde fue pieza indiscutible en el equipo hasta que las lesiones comenzaron a acosarle. Problemas musculares y de rodilla le llevaron a decir adiós a los terrenos de juego en 2003, cuando militaba en el Alavés. Actualmente entrena al filial de su Sporting y hace sus pinitos como comentarista televisivo.

Roberto Solozábal fue el primero de los titulares en caer. Capitán de la selección y símbolo de la cantera rojiblanca hasta su salida del club de Manzanares en 1997, Solozábal destacaba por su buena planta, colocación, inteligencia táctica y un aseado manejo de balón, pero acabó siendo víctima de dos de los propietarios más peculiares del fútbol español, Jesús Gil y Manuel Ruiz de Lopera. Tras el doblete atlético de 1996 y la decepción de la Champions League la temporada siguiente, el capitán colchonero fue puesto en la lista de transferibles en una de esas extrañas decisiones de Gil y recaló en el Betis, donde terminó todavía peor: apartado del equipo y en los tribunales, que además acabarían dando la razón al club hispalense. Era la temporada 1999-2000, y aquel mismo verano Solozábal decidió colgar las botas y dedicarse a sus negocios.

Mikel Lasa probablemente sea el titular que menos padeció por la supuesta maldición. Lasa fue un carrilero zurdo criado en la Real Sociedad y que durante 6 temporadas recorrería la banda del Bernabéu, aunque perdiendo importancia en el equipo año a año. En 1997 la llegada de Capello (y sobre todo la de Roberto Carlos) le obligó a hacer las maletas con rumbo al Athletic, donde alcanzaría el subcampeonato liguero en la mejor temporada del club bilbaíno en los últimos años, pero tampoco pudo hacerse un hueco en el equipo y acabó fichando por el Real Murcia, donde permaneció dos años y consiguió un ascenso. Luego firmaría por el Ciudad de Murcia, también en Segunda, y en 2004 pondría fin a su carrera, con 33 años.

Albert Ferrer puso fin a sus correrías por la banda derecha en 2003, al finalizar su contrato con el Chelsea, al que llegó en 1998 como uno de los efectos colaterales del aterrizaje de Louis Van Gaal en Can Barça. Quizá el tener que dejar su club de toda la vida fuera el único efecto de la maldición, porque en Londres brilló varios años, llegando a ser considerado uno de los mejores extranjeros de la Premier, hasta que la edad y la llegada de jóvenes valores le condenaron al banquillo y luego a la retirada, cuando contaba con 33 primaveras.

Luis Enrique, uno de los muchos canteranos del Sporting presentes en los Juegos, ya pertenecía entonces al Real Madrid y acabaría fichando por el eterno rival de los blancos en 1996, tras una salida no demasiado amistosa de la Casa Blanca. Futbolista de raza y tremendamente polivalente, en el Barça disfrutó de sus mejores años como profesional hasta que el club entró en barrena a comienzos de siglo. Señalado indirectamente como uno de los responsables del mal momento del equipo, decidió retirarse en 2004 y durante un tiempo se instaló en Australia, entregado a su otra pasión: el atletismo. Participó en varios maratones y pruebas de triatlón hasta que el año pasado fue reclutado por el Barça para sustituir a Guardiola como técnico del filial blaugrana.

Pep Guardiola disfruta nuevamente de las mieles del éxito como entrenador, pero su última etapa como futbolista al máximo nivel no fue demasiado positiva. Tras ser y ganar todo en el Barça, en 2001 Guardiola anunció su marcha al fútbol italiano, negando que la mala marcha del equipo esa temporada tuviera algo que ver en su decisión. Simplemente quería probar otro fútbol mientras todavía estuviera a un nivel aceptable, pero no tuvo demasiadas ocasiones. Jugando en el Brescia, Pep dio positivo por nandrolona en un control antidopaje en el mes de noviembre y se pasó cuatro meses sancionado, perdiendo las opciones de acudir al Mundial de 2002 y protagonizando un largo proceso judicial del que todavía no hace mucho que quedó absuelto. El escándalo, que de cuando en cuando amaga con volver a la primera plana, no afectó a su fichaje por la Roma, pero en la Ciudad Eterna Capello no cuenta con él y acaba volviendo al Brescia. Luego Guardiola inició una exótica aventura en el Al Ahly de Qatar y, después de un año retirado, acudió a la llamada de su amigo Lillo para disputar el Clausura mexicano de 2006 con los Dorados de Culiacán. Entre medias completó el curso de entrenador, y tras anunciar su retirada definitiva a finales de 2006, la temporada siguiente asumió el mando del Barça B con las miras de todos puestas en su futuro con el primer equipo. El resto es historia.

Rafael Berges también ha probado suerte como entrenador, aunque sin tanto éxito. Berges era un lateral y centrocampista zurdo que tras pasar por el Tenerife desarrollaría casi toda su carrera en el Celta, siempre acosado por las molestias físicas, y al que una grave lesión obligaría a colgar las botas definitivamente en 2002 cuando ya había regresado a su Córdoba natal.

Alfonso Pérez Muñoz también tuvo que lidiar con multitud de problemas físicos. Durante varios años estuvo considerado el sucesor de Butragueño hasta que un pipiolo de nombre Raúl le adelantó por la derecha. El de Getafe tuvo que buscarse la vida en el Betis, donde triunfó con sus goles y se ganó otra oportunidad al más alto nivel: la que le dio el Barcelona tras la Eurocopa de 2000. Pero las cosas no funcionaron y tras pasar una breve etapa en el Olympique de Marsella regresó a Heliópolis, aunque ya no pudo volver a rendir al máximo y acabó retirándose en 2004. Para la historia quedará su gol a Yugoslavia en la Eurocopa de 2000 y el estadio de Getafe que lleva su nombre.

¿Y qué decir de Kiko Narváez que nadie conozca? Pues si acaso que aquel Oro le sirvió para convencerse de que definitivamente podía hacer carrera en esto del fútbol, a pesar de que ya el año anterior había sido el salvador de su Cádiz. Después ficharía por el Atlético, se convertiría en un ídolo para la afición del Manzanares y acabaría descendiendo a los infiernos. Lastrado por sus eternos problemas de tobillo, salió mal del club rojiblanco (y quién no) y tras ver frustrado en dos ocasiones su traspaso al Calcio (primero al Milan y luego al Lazio), se retiró con más pena que gloria en el Extremadura en 2002 y comenzó entonces una meteórica carrera en los medios.

Pero el maleficio también afectó a varios suplentes. De hecho el primero en sufrir sus perniciosos efectos fue un ocupante habitual del banquillo, el defensa Miguel Hernández, que en 1992 pertenecía al Rayo Vallecano y que en 1994 fichó por el Espanyol, por petición expresa de Jose Antonio Camacho, su ex-entrenador en Vallecas. Pero en Barcelona no tuvo casi oportunidades y tras fichar por el Lleida de Segunda División acabaría colgando las botas en 1998 por una grave lesión. Dos años más aguantó el centrocampista David Billabona (en la imagen), que destacó varias temporadas en el Racing pero al que tampoco respetaron las lesiones. Tras dejar el fútbol, Billabona se marchó a vivir al Pirineo oscense, alejado por completo de su antiguo oficio.

Párrafo aparte merece Santiago Cañizares. Criado en la cantera del Real Madrid, brilló en Elche y Mérida en Segunda y tras los Juegos el Celta le dio la oportunidad de debutar en Primera. Pronto se ganó el puesto, el Zamora y la convocatoria con la absoluta, con la que tuvo un brillantísimo debut en el inolvidable partido ante Dinamarca que nos dio la clasificación para el Mundial de 1994. Volvió al Real Madrid, pero en Chamartín vivió primero a la sombra de Buyo y luego de Illgner, justo cuando parecía que iba a asentarse en la portería merengue, por lo que tras ganar la Copa de Europa de 1998 puso rumbo a Valencia. Allí demostró ser uno de los mejores porteros del país y se mantuvo inamovible bajo los palos, pero también comenzó a sufrir los efectos de la maldición. Una actuación más que discreta en la Eurocopa de 2000, dos finales consecutivas de Champions perdidas y un extraño incidente en el hotel que le privó de acudir al Mundial 2002 sirvieron para alimentar la leyenda. Y cuando parecía que todo volvía a funcionar, en 2008 llega Ronald Koeman al banquillo ché y decide apartarlo del equipo. Fueron cuatro meses de ausencia, declaraciones incendiarias y mal ambiente en general que acabaron con la destitución del holandés, la vuelta del portero a la titularidad y, finalmente, la rescisión amistosa del contrato mientras surgía una turbia acusación de una menor que afortunadamente no tardó en aclararse.

Del resto no podemos decir que hayan padecido demasiado por este hipotético embrujo.  Paqui eligió el verano de 2004 para colgar las botas, en su caso después de completar una carrera llena de altibajos que le llevó por Tenerife, Zaragoza, Hércules, Las Palmas y Osasuna, jugando sólo con cierta regularidad en las Canarias. Javier Manjarín, que no llegó a disputar ni un minuto en aquellos juegos, sí tuvo un brillante paso por Primera. Criado como muchos de sus compañeros de selección en la cantera de Mareo, fichó por el Deportivo en 1993 para formar parte de aquel SuperDepor que tantas alegrías y alguna que otra lágrima causó a la afición coruñesa. En 1999 se marchó al Racing de Santander, y en 2001 inició una aventura al otro lado del charco que le llevó al Atlético Celaya y al Santos Laguna de la Liga mexicana. Regresó a Galicia en 2004 para retirarse en el Arteixo. Otro que no tuvo mayores problemas con la supuesta maldición fue Jose Emilio Amavisca (en la imagen), que en 1994 fichó por el Real Madrid, se ganó un sitio para el que parecía descartado antes de empezar la temporada y se convirtió en pieza clave de aquel Madrid de Valdano. Luego su importancia en el equipo iría disminuyendo y en 1998 fichó por el Racing, club en el que se había formado y donde vivió un descenso (junto a Manjarín, ¿quizá fruto de la maldición?) que provocó su salida hacia el Deportivo en 2001. Allí vivió los mejores momentos del gran equipo de Irureta, semifinales de Champions incluídas, y en 2005 puso fin a su carrera en el Espanyol, donde apenas jugó una temporada.

La carrera más plácida de todos fue sin duda la de Paco Soler, que no se movió de Mallorca desde que debutara en 1990 hasta su retirada en 2004. Luego, ya como entrenador, probó suerte en el Beira Mar portugués, pero no tardó en volver a la isla para entrenar al Atlético Baleares. Ni rastro de maldición. Tampoco podemos decir que la historia de su paisano Gabriel Vidal tenga mucho que ver con la mala suerte, simplemente no llegó a destacar. Pasó por Leganés, Getafe, Ciudad de Murcia, Granada y Atlético Baleares, siempre bajando de escalón, hasta retirarse en 2004. Por último, Antonio Pinilla (en la imagen) fue junto con Cañizares el componente más longevo de aquella selección, ya que se mantuvo en activo hasta el final de la campaña 2007/2008. Criado en la cantera del Barça, la explosión del Dream Team le obligó a buscar su sitio en clubes menores y tras pasar cedido por Mallorca y Albacete recaló en Tenerife, donde se convirtió en uno de los puntales del equipo en los mejores años de su historia. Tras el descenso del club chicharrero, en 2001 Pinilla fichó por el Salamanca y al año siguiente fue traspasado al Nástic de Tarragona, en el que acabaría su carrera tras vivir todo tipo de situaciones: ascensos, descensos, lesiones, bajas, nuevas contrataciones... Tras más de 200 partidos con el club grana, Pinilla ejerce ahora las labores de director deportivo.

¿Conclusiones? Pocas, y cada uno tendrá las suyas, pero hemos de reconocer que toda esta historia ha servido al menos para recordar un poco mejor a nuestros campeones olímpicos, ¿no?


lunes, 30 de noviembre de 2009

1992, Juegos Olímpicos: La Quinta de Cobi

El Oro olímpico de Barcelona'92 fue durante muchos años (demasiados) el  único triunfo que llevarnos a la boca, la única alegría que citar en un rosario de ilusiones rotas y oportunidades perdidas. Y ni siquiera estábamos seguros de que realmente fuera importante. Porque como dijimos en su día, el torneo olímpico de fútbol es el patito feo de las competiciones internacionales (sólo hay que ver dónde lo sitúa la propia FIFA en la lista de Torneos que organiza: debajo de los Mundiales de fútbol sala y fútbol playa y sólo por encima de un campeonato de videojuegos y de un torneo amistoso para equipos juveniles en Suiza), un engendro inclasificable y molesto que muchos querrían desterrar del programa olímpico, un fallido intento de campeonato mundial de una categoría que no existe a caballo entre el fútbol juvenil y el profesional.  Así que  no sabíamos cómo ubicarlo en la sala de trofeos de nuestros recuerdos. ¿Era un título absoluto? No. ¿Era un Mundial, aunque fuera en categorías inferiores? Tampoco. Era simplemente lo que era, una medalla más en unas Olimpiadas (históricas para nuestro país y nuestro deporte) pero sin mayor trascendencia en el mundo futbolístico. Así que sí, podíamos decir que habíamos sido campeones, aunque tampoco se podía presumir demasiado de aquel título. Pero de ese equipo sí, y a eso nos dedicaremos hoy.

Como casi siempre, por aquel entonces la selección española vivía un momento de depresión. Tras una buena década en los ochenta, los noventa habían comenzado con la dolorosa eliminación en octavos en el Mundial de Italia, y mientras en la Liga se producía el traspaso de poderes entre la Quinta del Buitre y el Dream Team, el equipo nacional sufría las consecuencias del mismo cambio generacional, lo que nos abocó a ver desde casa la Eurocopa de Suecia, la única gran competición que nos hemos perdido en los últimos 30 años. Vicente Miera había llegado al cargo de seleccionador nacional en mayo de 1991 en sustitución de Luis Suárez, pero con la clasificación ya casi imposible no sólo no pudo hacer que el equipo remontara sino que protagonizó una de las derrotas más sonrojantes que se recuerdan, un 2-0 en Islandia que terminó por sepultar cualquier esperanza de viajar a Suecia. Con Javier Clemente ya contratado para iniciar la nueva etapa, al cántabro se le permitió encargarse (junto al mítico Kubala) de una selección olímpica que parecía repleta de talento, aunque en realidad, y pese a las ausencias de selecciones como Argentina, Alemania o Brasil, nadie  quisiera aventurarles un resultado positivo a unos chavales que acabarían pasando a la historia de nuestro fútbol.

Núm. - Nombre - Nacimiento - Posición - Club
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1.- Jose Santiago CAÑIZARES Ruiz - 18/12/1969 - AR - C.P. Mérida
2.- Albert FERRER Llopis - 06/06/1970 - DF - F.C. Barcelona
3.- Mikel LASA Goikoetxea - 09/09/1971 - DF - Real Madrid C.F.
4.- Roberto SOLOZÁBAL Villanueva - 15/09/1969 - DF - Atlético de Madrid
5.- Juan Manuel LÓPEZ Martínez - 03/09/1969 - DF - Atlético de Madrid
6.- David BILLABONA Etxaleku - 05/12/1969 - MC - Athletic Club
7.- Jose Emilio AMAVISCA Gárate -19/06/1971 - DL -  Real Valladolid
8.- LUIS ENRIQUE Martínez García - 08/05/1970 - DL - Real Madrid C.F.
9.- Josep GUARDIOLA Sala - 18/01/1971 - MC - F.C. Barcelona 
10.- ABELARDO Fernández Artuña - 19/04/1970 - DF - Sporting de Gijón
11.- Javier MANJARÍN Pereda - 31/12/1969 - DL - Sporting de Gijón
12.- Francisco Veza Fragoso "PAQUI" - 06/12/1970 - DF - C.D. Tenerife
13.- TONI Jiménez Sistachs - 12/10/1970 - AR - U.E. Figueres
14.- Gabriel VIDAL Nova - 05/10/1969 - MC - Real Mallorca
15.- Francisco SOLER Atencia - 05/03/1970 - MC - Real Mallorca
16.- MIGUEL Hernández Sánchez -19/02/1970 - DF -Rayo Vallecano
17.- Rafael BERGES Marín - 21/01/1971 - DF - C.D. Tenerife
18.-Antonio PINILLA Miranda - 25/02/1971 - DL - F.C. Barcelona
19.- KIKO Narváez Manchón - 26/04/1972 - DL - Cádiz C.F.
20.- ALFONSO Pérez Muñoz - 26/09/1972 - DL - Real Madrid C.F.


Desde el fallecimiento unos meses antes del mítico Juanito, entrenador de Cañizares en el Mérida, a las estériles negociaciones del capitán Solozábal con la Federación a cuenta de las primas, pasando por el hecho de vivir unos Juegos Olímpicos recluídos en un hotel a más de 300 kilómetros de la Villa Olímpica y sin contacto alguno con el resto de deportistas, el equipo vivió unas circunstancias tan especiales a lo largo de toda la concentración que sin duda alguna acabaron por marcar al grupo y cohesionarlo de una manera pocas veces vista, como ellos mismos se han encargado de reconocer en diversos encuentros posteriores. En un torneo que supuso la apertura a los profesionales (aunque menores de 23 años), casi todos venían de jugar en Primera, e incluso los del Barça lo hacían como campeones de Europa. El once tipo estuvo formado por Toni; Juanma López, Lasa, Solozábal, Abelardo; Guardiola, Luis Enrique, Ferrer, Berges; Kiko y Alfonso, aunque hubo bastantes variaciones y jugadores como Paco SolerAmavisca también aparecieron en varias alineaciones. En otras selecciones, futbolistas como los suecos Thomas Brolin, Joachim Bjorklund y Patrick Andersson, el australiano Mark Bosnich, el danés Thomas Helveg, el marroquí Noureddine Naybet, los paraguayos Celso Ayala y Carlos Gamarra o los estadounidenses Claudio Reyna y Cobi Jones, además de otros que veremos enseguida, llegaban a Barcelona (y a Valencia, Zaragoza y Sabadell, subsedes del torneo) dispuestos a colgarse el Oro.
 
Como es habitual, el torneo de fútbol comenzó un par de días antes de la inauguración oficial de los Juegos, y España debutó en Mestalla ante Colombia el 24 de julio. Enfrente de los nuestros había jugadores de la talla de Harold Lozano, Faustino Asprilla o Víctor Aristizabal, pero en un duro partido que acabó con 4 expulsados, dos por cada bando, los de Miera se impusieron con contundencia (4-0) gracias a los goles de Guardiola, Kiko (o Quico, como figuraba en su camiseta), Berges y Luis Enrique. Una vez superado el escollo más complicado, España no tuvo problemas para deshacerse de Egipto (2-0, goles del capitán Solózabal y Soler) y Qatar (también 2-0, esta vez con tantos de Kiko y Alfonso). A partir de ahí ya no habría facilidades, pero la selección hizo del campo del Valencia un auténtico fortín, mostró una fortaleza defensiva espectacular y superó en cuartos a la Italia de Peruzzi, Albertini o Dino Baggio con un solitario gol de Kiko, y luego en semifinales se impuso a la siempre inquietante Ghana con tantos de Abelardo y Berges. España se plantaba en la final con un impresionante balance de 11 goles a favor y 0 en contra, beneficiándose también de no haber tenido que desplazarse nunca de su sede (al contrario que el resto de equipos, que acusaron los viajes por carretera entre Barcelona, Zaragoza y Valencia a los que fueron obligados) y pese a la fortaleza que estaba mostrando Polonia, que contaba en sus filas con nombres como los de Kowalczyk o Juskowiak, ya pocos dudaban de que el Oro se quedaría en casa. ¿Quién no recuerda aquella final? Vale, quizá los más jóvenes no tengan grabado a fuego en su memoria aquel magnífico encuentro, pero para eso está internet y más concretamente Youtube, para descubrir o volver a disfrutar, según el caso, todo lo que sucedió aquella mágica tarde de agosto en el Camp Nou, con los Reyes volando al descanso en helicóptero desde el Estadio Olímpico tras presenciar el no menos inolvidable Oro de Fermín Cacho en 1.500. Como una imagen vale más que mil palabras (y ya no digamos si son mías), os dejo unos minutos con el vídeo resumen de la final (desgraciadamente con audio polaco).




El abrazo entre Ferrer y un Kiko al borde mismo de las lágrimas y la posterior piña de todo el equipo quedó para la historia como una de las imágenes de esos Juegos Olímpicos. Era la culminación del sueño de un equipo que había ido ganándose el respeto y la admiración de todos desde la sombra de su destierro valenciano hasta alcanzar el clímax en un Camp Nou entregado a una nueva generación de futbolistas que quedó bautizada para siempre como "La Quinta de Cobi", en honor a la mascota diseñada por Mariscal. Pero con el paso de los años, mientras la selección absoluta (ya con muchos de los campeones olímpicos en sus filas) continuaba quedándose a las puertas de los títulos, las lesiones y la mala suerte comenzaron a cebarse con la mayoría de integrantes de aquel equipo, dando pie a que surgiera la leyenda de "la maldición de Barcelona'92". Uno tras otro, los once titulares de la final (y algún que otro suplente) fueron cayendo en desgracia antes de tiempo por los más diversos motivos. Pero eso lo dejamos para otra ocasión. Hoy solamente queremos recordar los buenos momentos que nos deparó esta selección en un mes mágico que forma parte de la historia de nuestro deporte.


martes, 24 de noviembre de 2009

1995, Mundial sub'20: La gloria esquiva

Puede que haya sido la selección juvenil de más calidad en la historia de España. No lo sé. No me siento capacitado para realizar una afirmación tan contundente, pero si hemos de fijarnos en la importancia de los nombres que se reunían en aquel equipo, en lo que ya eran entonces en el fútbol español y en lo que han sido después, lo cierto es que deberían estar como mínimo en el podio de esa hipotética clasificación del talento. Y quizá un título hubiera servido para decantar la balanza a su favor, pero en su camino se cruzó la mala suerte y una selección argentina que de la mano de Pekerman empezaba a escribir una página dorada en la historia del fútbol juvenil. Estamos hablando de la España de Raúl y De la Peña (y de Morientes y Etxeberría y otros muchos), de aquel equipo que nos ilusionó y nos hizo pensar que se acercaba una época de brillo y éxitos en la absoluta que desgraciadamente se nos perdió por el camino en algún lugar entre Bélgica y Corea, a sólo once metros de la gloria.

Y es que la expectación que levantó aquel Mundial sub'20 de Qatar 1995 entre los aficionados españoles pocas veces se había visto con una selección inferior, y casi me atrevería a decir que jamás se ha vuelto a ver. Pese a las quejas de muchos clubes, Andoni Goikoetxea pudo disponer de absolutamente todos los jugadores menores de 20 años que despuntaban en España y que por entonces, en la era pre-Bosman, eran muchos y muy buenos. No se trataba de un combinado al uso, basado en una quinta concreta y con algún refuerzo más joven, sino de una auténtica selección de futbolistas en edad sub'20. La calidad, y no la edad, era el factor determinante para estar en ella. El objetivo estaba claro: había que ganar el Mundial. Esa meta ambiciosa y para nada disimulada y la presencia de los dos jugadores que se postulaban como los futuros referentes de Real Madrid y Barcelona hicieron que el país entero se volcara con un equipo repleto de jugadores de Primera División (o claros aspirantes a serlo en pocos meses):

Núm. - Nombre - Nacimiento - Posición - Club
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1.- Javier LÓPEZ VALLEJO - 22/09/1975 - AR - Atlético Osasuna
2.- ALBERTO SÁNCHEZ González - 09/05/1976 - DF - Real Madrid C.F.
3.- DAVID CORDÓN Mesa - 12/11/1975 - DF - Atlético de Madrid
4.- LUIS MARTÍNEZ Arasa - 10/11/1975 - MC - Real Madrid C.F.
5.- CÉSAR Martín Villar - 03/04/1977 - DF - Real Oviedo
6.- Luis Carlos CUARTERO Laforga - 17/08/1975 - DF - Real Zaragoza
7.- RAÚL González Blanco - 27/06/1977 - DL - Real Madrid C.F.
8.- MÍCHEL SALGADO Fernández - 22/10/1975 - MC - R.C. Celta
9.- Iván DE LA PEÑA López - 06/05/1976 - MC - F.C. Barcelona
10.- ROGER García Junyent - 15/12/1976 - MC - F.C. Barcelona
11.- Joseba ETXEBERRÍA Lizardi - 05/09/1977 - DL - Real Sociedad
12.- "MÍCHEL" Sánchez Muñoz - 30/10/1975 - MC - Rayo Vallecano
13.- MANU Martínez García - 06/01/1976 - AR - F.C. Barcelona
14.- Fernando MORIENTES Sánchez - 05/04/1976 - DL - Albacete B.
15.- RAÚL OCHOA Sáinz de Aja - 14/08/1975 - DL - Athletic Club
16.- Toni VELAMAZÁN Tejedor - 22/01/1977 - MC - F.C. Barcelona
17.- Carles DoMINGO Pladevall - 10/06/1977 - DF - F.C. Barcelona
18.- GORKA López Ochando - 07/01/1976 - AR - C.D. Tenerife



A bote pronto, apenas cuatro nombres pueden resultar desconocidos a día de hoy al aficionado medio, y la historia de todos ellos ya quedó reflejada en este artículo publicado el 18 de noviembre de 2001 en el Magazine del diario El Mundo. Actualizando algunos datos, cabe señalar que el meta Gorka llegó a formar parte de la directiva del C.D. Tenerife y a ejercer de director deportivo en varios equipos de la isla, además de continuar con sus labores empresariales, que su colega Manu jugó posteriormente en el Linares y el Eivissa, que David Cordón desfiló después por Eibar, Cacereño, Zamora, Real Unión, Móstoles o Cobeña (club con el que acabó en los tribunales), que Raúl Ochoa pasó por el Amurrio antes de retirarse en 2005 y que Luis Martínez continúa con su carrera de actor de teatro. Por su parte, el resto de convocados tuvieron un paso más o menos largo por Primera y algunos llegaron incluso a alcanzar el estrellato mundial. Pero en este torneo también estarían otras muchas futuras estrellas, como el brasileño Denilson, el portugues Nuno Gomes (que entonces todavía usaba su apellido real, Ribeiro), el japonés Hidetoshi Nakata, el holandés Wilfred Bouma, el costarricense Paulo Wanchope, el ruso Sergei Semak, el australiano Mark Viduka, los cameruneses Pierre Wome y Geremi o los argentinos Ariel Ibagaza y Juan Pablo Sorín, amén de otros muchos futbolistas que por entonces tenían una considerable proyección, como Denny Landzaat o Nordin Wooter en Holanda, Leo Biagini y Christian Díaz en Argentina, Agostinho y Dani (Sporting Lisboa, Ajax, Atlético) en Portugal o Caio en Brasil, a la postre Balón de Oro del torneo y que tuvo un beve paso por Italia en las filas de Inter y  Nápoles. Una larga lista que convirtió a la qatarí en una de las mejores ediciones disputadas hasta la fecha. Y eso a pesar de que durante varias semanas la disputa del Campeonato Mundial sub'20 de 1995, último con 16 selecciones, estuvo en el aire. En realidad la sede designada para su celebración había sido Nigeria, pero las epidemias de cólera y meningitis que asolaban Enugu y Kaduna, dos de las ciudades que debían acoger partidos del Mundial, y los sempiternos problemas de infraestructuras que presentaba el país africano a sólo un mes del inicio del campeonato obligaron a la FIFA a tomar la decisión de trasladar el torneo. Sonaron varias alternativas, pero el emirato de Qatar apostó fuerte y convenció a los dirigentes de la FIFA, que se decidieron por el minúsculo Estado árabe ante las promesas de seguridad, buenas infraestructuras y máxima celeridad para la organización del Mundial. Las autoridades qataríes cumplieron (aunque no pudieron evitar los intentos de soborno denunciados por varias selecciones durante el campeonato) y el 13 de abril, apenas un mes después de la fecha inicialmente prevista para el comienzo del torneo en Nigeria, el balón comenzó a rodar en Doha.

España había quedado encuadrada en el grupo B, junto a Burundi, Japón y Chile. El once tipo de Goikoetxea durante el torneo estuvo formado por López Vallejo en portería, David Cordón y Míchel Salgado en los laterales, César y Cuartero en el centro de la zaga, Luis Martínez e Iván De la Peña en el mediocentro, Roger y Toni Velamazán en las bandas (aunque era frecuente que Velamazán apoyara más al centro del campo y dejara el carril libre para las incursiones de Salgado, que acababa actuando casi como volante) y arriba la pareja formada por Raúl y un Joseba Etxeberría, entonces todavía en la Real Sociedad, que se mostró mucho más acertado de cara a gol que Fernando Morientes, quien comenzó de titular pero perdió su sitio en favor del benjamín de la convocatoria. Ya desde el primer encuentro ante Burundi, España demostró que no había viajado hasta el Golfo Pérsico para hacer turismo y a base de goles y buen juego presentó oficialmente su candidatura al título. Guiados por De la Peña, nuestros jugadores desarbolaron a una animosa selección africana que no pudo oponer resistencia y acabó cayendo por 5-1, con goles de Morientes (aunque la FIFA se lo adjudique a Luis Martínez por un error en la anotación de los dorsales), Raúl, Roger y dos de Etxeberría, que salió en el descanso y obtuvo un merecido premio a sus buenos minutos. El único lunar fue la expulsión del astro cántabro, que sirvió para que en el partido contra Japón Mingo tuviera su oportunidad en el once inicial, desplazando a Roger al eje de la medular. Aunque fue precisamente el pequeño de los García Junyent quien inauguró el marcador con un gol de cabeza, obviamente el equipo se resintió por la ausencia de "lo pelat" y Japón no pasó demasiados apuros en la primera parte. Tras el descanso los nipones se lanzaron al ataque y lograron empatar por medio de Hidetoshi Nakata, que marcó un gol olímpico. El encuentro se complicaba pero apareció Raúl para adelantar de nuevo a España y sentenciar el pase a cuartos a falta de menos de diez minutos. El último partido ante Chile sirvió como de costumbre para dar minutos a los menos habituales (de hecho los guardametas Manu y Gorka se repartieron el encuentro), pero con jugadores como Raúl, Etxeberría, De la Peña o el rayista Míchel sobre el campo no era descabellado pensar en una cómoda victoria ante un cuadro chileno que apuraba sus opciones de clasificación tras fallar inexplicablemente ante Japón y Burundi. Dos goles de Etxeberría en el primer cuarto de hora y otro de Raúl Ochoa antes del descanso sentenciaron una victoria que se transformó en goleada con el cuarto, obra de Míchel, y que acabó en una auténtica borrachera de goles en una segunda parte completamente rota. Dos nuevos tantos de Raúl Ochoa e Iván De la Peña y tres más por parte chilena sellaron un escandaloso 6-3 con el que se remató esta primera fase. Nadie aguantaba la comparación con España, sus trece goles marcados la convertían con diferencia en el mejor ataque y sólo la aparente fragilidad de la línea defensiva (sin un mediocentro defensivo puro y con dos laterales que destacaban más en ataque que en defensa) generaba cierta dudas.


Pero la ilusión seguía por todo lo alto, y más tras la exhibición de cuartos de final ante Rusia. Casi sin tiempo para sentarnos ante el televisor Raúl hizo el primero, diez minutos después Etxeberría marcó el segundo y antes del ecuador de la primera parte España había sentenciado su pase a semifinales con otro gol del jovencísimo delantero de la Real Sociedad. El resultado al descanso pudo haber sido de escándalo a poco que Raúl, Toni Velamazán y compañía hubieran afinado un pelo su puntería, pero hubo que esperar al minuto 60 para ver sl siguiente gol, nuevamente obra de un Etxeberría en estado de gracia que firmaba su séptimo tanto en el campeonato y se postulaba ya como favorito indiscutible para llevarse la Bota de Oro. Rusia acortó distancias de penalti y por momentos reaparecieron las lagunas defensivas, aunque se achacaron a un resultado cómodo y al orgullo rival. Pero lo cierto es que los fallos existían y en semifinales Argentina iba a aprovechar perfectamente esos desajustes. Pekerman ya había dado una lección táctica en cuartos ante Camerún y volvió a sacar el librillo para impartir una nueva clase magistral de estudio del rival y aprovechamiento de sus debilidades. Con férreos marcajes sobre Raúl y Etxeberría, dos líneas muy juntas para dificultar la actividad de De la Peña y recurriendo sin rubor a las faltas tácticas cuando fue necesario, Argentina se encomendó a su portero Irigoytia y a las contras que pudiera lanzar Ariel Ibagaza, logrando mantenerse a flote tras las primeras acometidas de una España que hasta entonces siempre había roto sus partidos con una salida fulgurante. Sin embargo, esta vez las ocasiones no se materializaron y por contra, en el primer acercamiento albiceleste, Leo Biagini aprovechó un error en el despeje de la zaga española para adelantar a los suyos. El gol fue un jarro de agua fría para una España sin ideas y que sólo creaba peligro con los lanzamientos de falta de Roger y De la Peña, a los que Irigoytia respondía como un coloso. En el descanso Goikoetxea se la jugó retirando a Salgado para dar entrada al atacante Raúl Ochoa, y se dice que cuando Pekerman vio que España iba a quedarse con una línea de tres atrás comentó a sus ayudantes que nuestra selección se acababa de suicidar. Lo cierto es que en los primeros instantes de la segunda parte España encerraba a Argentina en su área pero los contragolpes sudamericanos eran mortales, llegando muchas veces en superioridad a la meta de López Vallejo, y no tardaron ni diez minutos en hacer el segundo gol. Luego Velamazán se autoexpulsó en una jugada absurda y Argentina se dedicó a bailar al juguete roto en el que se había convertido nuestra selección. El partido acabó 0-3 pero pudo haber sido aún peor, y la decepción que supuso una elminación tan inesperada como justa seguramente contribuyó a la derrota también en el partido por el tercer puesto. Portugal, vigente campeona de Europa (había vencido en el Europeo sub'18 de 1994, celebrado en Extremadura, en el que España había acabado tercera) también llegaba tocada a ese partido tras haber caído en el minuto 93 y jugando con nueve ante Brasil, y el duelo estuvo marcado por la apatía general, de la que en la primera parte sólo se salvaron un Salgado que quería reivindicarse tras haber sido sustituido en semifinales cuando estaba siendo el mejor del equipo y un De la Peña que intentaba por todos los medios ganar votos para llevarse algún premio. Ambos hicieron los goles que al descanso colocaban un cómodo 2-0 para España, pero mediada la segunda parte reaparecieron los errores defensivos, Portugal reaccionó y sus figuras Dani y Nuno Gomes, éste en dos ocasiones, marcaron para darle la vuelta al marcador.

España se volvía a casa con una amarga cuarta posición y la única distinción individual de Joseba Etxeberría como máximo goleador, sin duda un premio importante pero pequeño en comparación con las expectativas que había despertado este equipo, y el triunfo final de una Argentina con menos calidad que la selección española pero mucho mejor dirigida tácticamente no hizo sino aumentar la sensación de oportunidad perdida. Las críticas a Goikoetxea por la falta de rigor defensivo y algunas decisiones poco acertadas fueron numerosas y puede que justas, pero tampoco debemos obviar que muchas de ellas fueron claramente interesadas: varios equipos habían perdido a jugadores importantes en un tramo decisivo de la temporada y eso enturbió el ambiente, y sin duda muchos medios tampoco quisieron dejar pasar la oportunidad de atizarle, aunque fuera de rebote, al seleccionador nacional Javier Clemente. Pero por encima de polémicas debemos quedarnos con unos chavales que desde luego pusieron todo de su parte y demostraron que España tenía potencial para hacer algo grande en categoría absoluta. Aunque finalmente no fueran ellos los encargados de conseguirlo, sin lugar a dudas marcaron el camino a seguir por esos que sí lo lograron.


miércoles, 18 de noviembre de 2009

En primera persona: Paco Grande

Francisco José Grande Sánchez (Madrid, 1962), más conocido por todos como Paco Grande, es sin duda una de las voces más autorizadas (y reconocibles) para hablarnos del fútbol base y de las selecciones inferiores. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, lleva casi 25 años trabajando en la sección de Deportes de TVE y a lo largo de su carrera ha cubierto infinidad de acontecimientos deportivos: 9 Juegos Olímpicos (4 de verano y 5 de Invierno), 4 Mundiales de fútbol (México 86, Italia 90, USA 94, Francia 98), 4 Mundiales Juveniles (Portugal 91, Qatar 95, Malasia 97, Nigeria 99) y 5 Europeos juveniles (en categorías sub'16, sub'17 y sub'19), además de 1 Giro de Italia y 1 Tour de Francia (1992), 2 Mundiales de Ciclismo, 5 Mundiales de Esquí2 finales de la Copa de Europa de balonmano (1985 y 2007) conforman sólo una parte de su extenso currículum como reportero y narrador. También ha presentado la sección de deportes del Telediario y actualmente es el editor de programas como "Estudio Estadio", "Tarde Premier ACB" y de la programación relacionada con la Champions League; al tiempo, mata el gusanillo de la narración con los partidos de la selección sub'21. Una larga trayectoria que le permite hablar con conocimiento de causa de multitud de temas, que además aborda de frente y sin tapujos: el futuro de la selección ("No viviremos de Iniesta, Xavi y compañía siempre"), la situación que atraviesa su profesión ("Hoy día el periodismo deportivo no existe"), el futuro del deporte en la nueva televisión pública ("Será un tiempo difícil") y por supuesto las vivencias acumuladas durante tantos años de seguimiento a las selecciones inferiores, motivo fundamental de la entrevista. Esa pasión compartida por el fútbol juvenil propició el encuentro (con la inestimable ayuda de Google) a través de este mismo blog, y después de enviar lo que en su día me pareció una especie de mensaje en una botella, hace unas semanas Paco aceptó de buen grado la petición de entrevista. Es todo un honor inaugurar esta sección con él, y espero que encontreis sus respuestas tan interesantes como me lo han parecido a mí. Como le reconocí tras un primer vistazo a sus reflexiones, da tantos titulares que es difícil escoger sólo uno. Personalmente me quedaría con la frase "La calidad no pasa nunca de moda", aplicable a tantas facetas de la vida (también al fútbol) pero os animo a que busqueis los vuestros. Hoy, en primera persona, Paco Grande.

- ¿Cómo se inició en el periodismo deportivo?
- En 4º de carrera obtuve una beca de un año en la Cadena SER. Allí empecé junto a Lama, De la Morena, Roberto Gómez, Brotons, Antonio Martín Valbuena, Carlos Herrera, Fermín Bocos... Después llegué en 1985 a TVE con otra beca de un año (aunque yo quería Radio Nacional). No quería Deportes sino Relaciones Internacionales (mi profesor había sido Felipe Sahagún y yo lo admiraba) pero Fernando Ors me dijo: "Tú, a Deportes" Yo era jugador de fútbol y me gustaba mucho el deporte, pero no la vulgar información deportiva.

- Entiendo entonces que su pasión por el fútbol base no surgió ya en el ámbito profesional, sino que viene de antes... 
- Siempre me encantó el fútbol. Soy de Carabanchel y allí teníamos campos de sobra para jugar. Estábamos todo el día jugando interminables partidos hasta el anochecer con la torre de Madrid en la Plaza de España de fondo, incluso a ciegas. De pequeño jugaba de portero. Estudié en el entonces filial del Ramiro de Maeztu de la Calle Oporto y allí jugábamos a balonmano y también era el portero del equipo del Instituto. Al ir creciendo intenté convertirme en delantero centro. Jugué en el Aluche, Aravaca, Unión de Aravaca y Las Rozas en primera preferente. A los 22 años sufrí una tuberculosis en dos vértebras lumbares y tuvieron que injertarme tejido de la pelvis en los huecos que el bichito había dejado, con lo que estuve un año en cama y tuve que dejar el fútbol. Hacía la mili voluntario en Madrid, estudiaba económicas y por la tarde iba a Aravaca o Las Rozas a entrenarme. Luego volví y fui entrenador-jugador del equipo de la facultad. En mi equipo jugaba gente como Vicente Vallés, Juan Pedro Valentín y periodistas conocidos hoy dia.

- ¿Cuál fue su primer contacto con el fútbol base como profesional del medio?¿Qué países ha visitado siguiendo a las selecciones inferiores?
- El primer contacto fue el Mundial Sub-17 de Montecatini en 1991. España-Ghana, con la generación de Dani, Sandro, López Vallejo... Me envió Sergio Gil, entonces Jefe de Deportes. Yo quería ser más jugador que periodista, me había quedado en puertas por lo de la tuberculosis y trabajar con los chicos me recordaba a mis tiempos. Podía ayudar desde mi posición de periodista a que fueran lo que yo no pude ser. Sin envidas, sino todo lo contrario, con mucho cariño e ilusión por el trabajo. Es un privilegio haber estado en paises como Ecuador, Qatar, Malaisia, Nigeria, Noruega, Finlandia, Inglaterra... Hoy día ya son otros tiempos.

- ¿Cuánta prensa solía acompañar a las selecciones en estos campeonatos? A uno, que ha leído "Territorio Comanche" (aunque obviamente un mundial juvenil no es una guerra), siempre le queda la duda: ¿hay buen ambiente entre los reporteros o cada uno va a lo suyo? 
- Casi siempre los mismos: David Ruiz de Marca y su fotógrafo Angel, Ladislao Moñino (hoy en Público), Borja de AS (este lo dejó pronto) Aritz Gabilondo, que tiene una página web, y muchos secretarios técnicos: Toni Muñoz, Miguel Angel Ruiz, Martínez Vilaseca, Paco de Gracia y perdón por si olvido a alguien. El ambiente entre nosotros era magnifico.

- ¿Cuánta gente movía RTVE para esas retransmisiones en el extranjero?
- RTVE me movía a mi. Tu pagas los derechos, la posición de comentarista, y la señal viene producida por la televisión encargada de producir el evento. En Nigeria era otra historia. Allí me busqué la vida con satélites y con dinero que me enviaban desde Madrid para alquilar cámaras. Nunca he aprendido más. Llegamos a rodar con una mini DV del jurásico, con cine, con cámaras de aficionado, con fotos. El tema era rodar, y luego alquilar satélite, conseguir un teléfono (en el 99 no había móviles en Nigeria), dar a Madrid las coordenadas y que aquí pudieran recibir las imágenes.

- En los torneos a los que acudía personalmente ¿qué relación se establecía con los componentes de la selección?
- Lo primero que hacía (y sigo haciendo) era pedirle permiso a Iñaki, Santisteban, Ufarte o Ginés para mantener una entrevista personal con cada uno de los chicos. Que me conocieran, que les conociera, que me contaran cosas de su vida futbolística, pequeños secretos, sus días buenos, sus días malos. Después intentaba integrarme en el grupo, pero con profundo respeto, porque sé cómo son los futbolistas con sus manías y los momentos en los que el periodista debe echarse a un lado (incluso en juveniles). Procuraba estar cerca pero en mi sitio. Aunque fueran juveniles no me va mucho el compadreo por mi carácter y porque en mi profesión debes mantener tu neutralidad siempre. Apoyo todo, pero primero estaba mi medio que era al que debía fidelidad. Si al futbolista le muestras respeto te respeta, pero hubo un grupo que me gastó una broma que no me gustó nada al principio, luego todo quedó arreglado. En Qatar estaba haciendo una entrevista a un jugador del Athletic y vinieron Raúl e Iván de la Peña junto al resto y me tiraron a la piscina vestido y con mi boli y cuaderno. No me hizo mucha gracia, pero lo entendí como un signo de integración en el grupo.

- ¿Qué grupo le marcó más en lo personal?
- El grupo con el que me sentiré unido para siempre es con el de Nigeria 99. Por medidas de seguridad yo era un miembro más de la delegación. Iba vestido como ellos, comía, cenaba, desayunaba y viajaba con ellos. Me enteré de todo eso que se cuece en el seno de un equipo de fútbol. Incluso era yo quien organizaba y proponía las excursiones a Kaduna (lugar de cocodrilos, otra vez sede este año del Mundial Sub´17), a los mercadillos llenos de moscas de Kalabar y Port Harcourt. El equipo técnico no entendía que yo llegara tarde a las comidas (venía de enviar para los telediarios y no tenía más opción) y me amenazaban con multarme. Tuve un lío con el preparador físico porque paré un entrenamiento para entrevistas, pero no tenía más opción porque el satélite me lo dieron a esa hora.

- ¿Qué torneo recuerda con más cariño (aparte del sub'20 de Nigeria, obviamente)?
- Malaisia 97. Allí empecé a conocer la gran humanidad y saber estar de Iñaki Sáez. Aunque no olvido a Andoni Goicoechea en Qatar 95 que me dejaba subirme al autobús, ni a Raúl que por aquel entonces ya mandaba como lo hace ahora.

- ¿Cree que tiene "buen ojo" a la hora de juzgar el potencial de los futbolistas jóvenes? Según su criterio, ¿en qué promesa actual debemos fijarnos como posible crack para el futuro?
- No soy un técnico. Me gustan jugadores y los destaco, pero antes de decirlo en antena me informo con los entrenadores, porque puede ser contraproducente alabar a un jugador durante la transmisión, después los representantes elevan el producto. Me gusta Oriol del Barça, y Pablo Sarabia del Madrid

- ¿Qué jugador (o jugadores) le han decepcionado más en su carrera posterior, de los que destacaran a esas edades? ¿Juega la mentalidad un papel tan fundamental para llegar a lo más alto, o es más importante la simple suerte?
- No me ha decepcionado nadie. El llegar a la élite es cuestión de muchos factores, entre ellos como tú dices la suerte en un momento dado. Quizá esperé mucho más de Lardín, pero aún asi llegó a triunfar en el Espanyol y Atlético de Madrid.

- Juan Santisteban dijo una vez que sus ex-pupilos casi nunca le pedían consejo porque por lo general el futbolista, cuando se convierte en profesional, desarrolla un ego que se lo impide. ¿Está de acuerdo con esta afirmación, cambian mucho los jugadores una vez pasan a profesionales?
- Ahora cada vez más rápido. Ya en juveniles llegan como estrellas, sin ser conscientes de lo mucho que les queda por aprender, por trabajar, por luchar, y que la suerte en un momento dado les aupa más arriba, o les hunde y no salen adelante. No es culpa de ellos. Es el sistema. Los representantes que los consideran como un producto, una mercancía, la prensa que necesita estrellas inmediatas para vender, los entrenadores de clubes que no tienen paciencia para que los jugadores vayan quemando etapas... Normalmente un jugador en juveniles te agradece todo, las entrevistas, el apoyo, los comentarios. En profesionales es posible que pase delante de ti y ni te salude. Hay excepciones. Xavi es el mejor de todos. Siempre es el mismo.

- El último mundial sub'20 fue más noticia por la polémica sobre la cesión de los jugadores a las selecciones que por lo estrictamente futbolístico, ¿qué opinión tiene sobre el eterno problema del calendario? ¿Hasta qué punto ir a un campeonato en medio de la temporada es positivo para la formación de un jugador que ya está casi instalado en la élite?
- El problema de los calendarios es ajeno al futbolista. El futbolista siempre quiere ir a la selección porque es un orgullo para él. El tema es que los clubes no quieren soltar jugadores (el último Muniain, Athletic) pero luego sacan pecho cuando el jugador llega como campeón de Europa y del Mundo. La prensa habla del virus FIFA y que la UEFA y la FIFA se llevan a Asenjo y De Gea y compañía y luego su entrenador se mosquea y no los pone. Para mi la llamada de la Selección está por encima de todo. Debe ser un orgullo para jugador y clubes, eso sí, estableciendo las garantías correspondientes de seguros y demás para casos de lesiones. Y si es posible que los dirigentes arreglen los calendarios pues mejor, pero al jugador hay que dejarle tranquilo y que progrese

- En este mundial sub'17 la FIFA ha puesto énfasis en la determinación exacta de la edad de los participantes, algo que se venía pidiendo desde hace tiempo. Como testigo directo, ¿tantas sospechas levantaban los equipos africanos?
- De toda la vida. Habla con Juan Santisteban que perdió la final del Mundial Sub-17 del año 91 en Montecatini como segundo entrenador junto a Chus Pereda. Tu veías jugadores africanos y era imposible que tuvieran 16, 19, o 20 años. Eran hombres. Nigeria lo reconoció años después y pidió perdón a toda la comunidad futbolística.

- ¿Qué balance hace de este último campeonato?
-He hablado con Ginés. Ha habido muy buen rollo en esa selección Sub-17. No han ganado pero yo creo que han recuperado otra vez el espiritu de los últimos tiempos y eso es lo importante.

- Con el paso del tiempo el fútbol ha cambiado bastante, también el de categorías inferiores. A su juicio, ¿en qué aspectos ha mejorado y en cuáles se ha perdido algo, tanto a nivel global como en España? Hablo de técnica, táctica, organización, entorno de los jugadores, etc.
- Yo creo que estamos en un buen momento, pese a todo. Los éxitos de finales de los 80, 90 y principios de esta década han hecho que suba el nivel táctico y técnico. En los éxitos de las inferiores intervienen no sólo sus entrenadores finales, sino los seleccionadores territoriales, los entrenadores de clubes, ojeadores, informadores. Ahora se tiene una información exacta de la trayectoria de un jugador y se los conoce al dedillo. Los éxitos actuales de la absoluta, no olvidemos formada por los Sub-20 de Nigeria (Iker, Xavi, Marchena), más los finalistas en Campeonatos de Europa o finalistas en Mundiales como Cesc, Silva, Iniesta, Torres, han hecho que estemos ante una generación dificil de repetir que recordaremos durante mucho tiempo. El éxito actual es consecuencia del trabajo de aquellos años en las inferiores. Se decía entonces: ganamos en los pequeños no en los grandes. Vale, años después los pequeños se han hecho grandes y ahora ganan, pero estos mayores no serán eternos, hay que seguir trabajando y este es un tema en el que se ha arrancado una nueva etapa y no se ha comenzado bien.

- ¿Entonces podemos soñar con el Mundial? Repasando el equipo de la Eurocopa y las convocatorias de Del Bosque es cierto que casi todos los internacionales han brillado en las selecciones inferiores, ¿cree que se ha valorado en su justa medida el trabajo de los Santisteban, Teodoro Nieto, Ufarte y demás técnicos que han estado tantos años en la RFEF?
- No, no se ha valorado. Esta selección es un grupo que coincide generacionalmente y hay que disfrutarlo y hay que desearles lo mejor porque pueden conseguirlo. Esto es lo que hemos pedido tantos años y nuestros juveniles nos lo han dado. Los pequeños de antes ya son mayores y encontraron su estilo (Iniesta, Xavi, Cesc, Xabi Alonso, Torres) y ganan y enamoran. El trabajo de Sáez, Santisteban, Teodoro, Ufarte debe ser reconocido por lo que hicieron entonces y por lo de ahora, pero también el de aquellos otros entrenadores que ayudaron a que estos chavales subieran en sus territoriales. Pero cuidado, el grupo durará tres, cuatro años, irán desapareciendo los jugadores y hay que encontrar relevos. El periodismo tiende a hablar de los equipos como si fueran eternos y son ciclos que empiezan y acaban. No viviremos de Iniesta, Xavi y compañía siempre. Hay que buscar nuevos talentos. De momento lo que viene por detrás no parece augurar un gran futuro.

- ¿Qué valoración hace de la gestión de Fernando Hierro como responsable último de las categorías inferiores de la RFEF? ¿Son justas las críticas que recibe? 
- Justo te lo comentaba antes. Se fueron Santisteban, Iñaki y queda Ginés como nexo entre culturas futbolísticas. Hierro ha designado a Karanka, Milla y López Caro. De momento en las últimas fases finales han fracasado. Hay que darles tiempo. La explosión juvenil comenzó con Goicoechea a finales de los 80 y culminó con los éxitos en los europeos y mundiales de 2001, 2003...

- ¿Cree que el actual equipo técnico está preparado para desarrollar la labor pedagógica que se requiere con jugadores adolescentes?
- Quizá el modelo de entrenador juvenil debe ser más tipo Sáez y Santisteban, más paternalista, no tan profesionalizado. El juvenil necesita algo más de cariño, pero ya te digo que hay que darles tiempo y está por ver cómo evoluciona el modelo. Y queda Ginés, que es un gran entrenador y un gran pedagogo.

- Después de tantos años ¿qué balance hace de la influencia de la sentencia Bosman sobre las canteras? ¿Ha sido tan dañina como se comentó en un principio?
- Llevamos años hablando de las canteras y seguiremos pero no hay una definición clara ni una toma de postura valiente por parte de los clubes. Hay excepciones. El Barça, que tiene cantera y estilo. El Villarreal, que está sacando magnificos jugadores. El Athletic, por necesidad. Y luego hay otros que tienen buena cantera, como Atlético o Real Madrid, pero la indefinición, la inestabilidad, la competencia en esas entidades poderosas hacen que se pierdan jugadores. Aquí interviene el mercado y los agentes colocan a sus representados, que suponen un suntuoso negocio para muchas partes interesadas. Ahí el canterano siempre tiene las de perder y se tiene que buscar la vida por otro lado.

- Pasamos a cuestiones más profesionales. Aparte de fútbol, ha retransmitido balonmano y esquí, ¿siente la misma pasión por esos deportes o es una relación estrictamente profesional?
- El deporte en la tele hay que hacerlo con pasión o haberlo practicado un poquito para poder contar sensaciones. En el Instituto era el portero del equipo de balonmano. Con el esquí es una relación eterna y de lo más casual. Mis padres nos llevaron a mis hermanos y a mi a un pueblo de Segovia que se llamaba Casla a una boda. Cayó una nevada de impresión. Mi hermano y yo salimos a jugar a la nieve en pantalón corto. El espectáculo de la nevada, mirando al cielo y los copos encima de la cara, me hizo sentir una sensación inolvidable. A eso se sumó Paquito Fernández Ochoa, con quien tuve el honor de comentar mi primera transmisión, y a eso Matias Prats y Matti Nikaenen en los saltos de esqui de fin de año. Desde entonces el mundo de la montaña y de los deportes de invierno caló en mi para siempre. Me considero esquiador modesto (te envio una foto mia, permítemelo, en Garmisch haciendo esquí de fondo). No sería capaz de comentar un deporte por el que no sintiera pasión o hubiera practicado. Conozco la técnica de la tele y del medio audiovisual, pero estaría trabajando al 50 por ciento.

- En sus retransmisiones siempre ha destacado por la enorme cantidad de datos que manejaba sobre la carrera y características de cada deportista. Hoy con internet casi todo está a golpe de ratón, pero ¿cómo se realizaba esa tarea de documentación no hace tantos años? ¿Cuánto tiempo necesitaba para preparar adecuadamente una retransmisión?
- Me sorprende que te hayas dado cuenta. No todo el mundo se fija en eso. Es mi forma de trabajo. Mitad preparación, mitad superstición. Necesito preparar una transmisión lo mejor que pueda. Llevo desde el año 92 mi portátil y para cada deporte tengo preparadas una bases de datos en Access o unos diágrams que completo con datos en excel. Así situas al jugador así das información. El tema no es dar mucha información (yo creo que a veces me paso), es darla en el momento exacto y eso trato de hacer. Ahora en la tele además de dirigir Premier, Champions y Estudio Estadio comento la Sub-21 y sigo igual: voy al entrenamiento, hablo con los jugadores y preparo mi ficha. Me puede llevar cuatro o cinco horas. Si tuviera que hacer la transmisión a pelo y con un boli, lo haría sin problemas, pero no me gusta. Siempre quiero terminar la ficha el día antes y dormirla, para al día siguiente tenerlo todo fresquito. Así preparaba los exámenes en la facultad y así es mi forma de trabajo. Datos, rigor, pero....... (aqui fallo, me puede la precipitación) en el momento que lo pida la transmisión.

- Hace pocas semanas fallecía Andrés Montes, sin duda uno de los grandes comunicadores de este país, que se caracterizaba por un estilo totalmente contrapuesto al suyo y que ha creado escuela (y también ha despertado muchas críticas). Bajo su punto de vista, el papel del comentarista de retransmisiones deportivas ¿debe limitarse a ser un mero narrador de lo que está sucediendo o debe contribuir a alimentar el espectáculo televisivo?. Supongo que como casi siempre la virtud estará en el punto medio pero ¿cree que Montes ha podido marcar un punto de partida para las nuevas generaciones de narradores, que habrá un antes y un después de su paso por la tele?
- Andrés Montes fue único e inimitable. Quien pretenda hacerlo se equivoca. No hay futbolista igual. Pues con nosotros es lo mismo, cada uno somos diferentes. Yo soy partidario de una buena formación: VOZ, CAPACIDAD DE NARRACIÓN, PREPARACIÓN, SÍNTESIS, DOMINIO DEL LENGUAJE, DEL IDIOMA, TACTO, INTELIGENCIA y luego cuando todo esto se haya asentado llegará el papel que has de desempeñar. Ten en cuenta que antes, mucho antes de que conociéramos al gran Andrés Montes, se pasó horas y horas y horas comentando baloncesto, haciendo programas de radio y un día llegó la explosión que el mismo se encontró. Yo jamás podría ser Andrés Montes. Tengo mi estilo y con ese seguiré, pero en la tele no es fundamentalmente lo que triunfa. Míchel era perfecto para la tele y suscitaba rechazo. Salinas era un desastre, no conocía los futbolistas y no preparaba nada y caía y cae mucho mejor. En ese sentido Kiko ha demostrado ser muy inteligente. Sabe estar al plato y a las tajadas, bromear y hablar con rigor.

- Como ha comentado, actualmente dirige "Estudio Estadio" y otros programas deportivos en TVE. ¿Cómo surge la oportunidad de pasarse a la dirección? ¿Se siente igual de cómodo que en la narración?
- Esto son etapas. Ahora me toca dirigir y lo asumo, pero no quiero estar mucho tiempo. El otro día fui al entrenamiento del Getafe a hablar con Esnaider para invitarle al programa y volví a pensar lo de siempre: Aquí está la verdad, en el sonido del balón cuando el futbolista la toca, en el olor del césped, en el impacto del balón en el larguero. Llegas a dirigir un programa porque pasas muchas horas en los campos, pero si pasas mucho tiempo en las direcciones se te olvida y te olvidan aquellos que están en los campos y que son los auténticos protagonistas de este negocio. Yo no creo ser el mejor narrador de deportes de TVE (creo que José Manuel Díaz y Rivero son mejores que yo), me considero más reportero pero me gusta mucho la transmisión y trato de adaptar lo que necesita una transmisión a lo que yo puedo dar en ese momento.

- ¿Qué cosas le gustan más de cada puesto?
- Lo mejor de ser director... trabajar por un programa por una idea, con un equipo... lo mejor de la transmisión o el reportaje... el estar junto a los deportistas...

- Empezamos con las complicadas. ¿Por qué últimamente TVE no adquiere los derechos de los Europeos y Mundiales juveniles? ¿Realmente son tan poco rentables o simplemente hay alguien que paga más? ¿Le duele que, no ya RTVE, sino prácticamente nadie salvo Eurosport, apueste por este producto?
- Me duele mucho que no se compren estos partidos. Pero espero que cambie. Sé que Fernando Hierro quiere que nos ocupemos de nuevo como en los viejos tiempos. Te digo una cosa. A veces lo que no damos nosotros en TVE, en la 2 o en Teledeporte no existe, con respeto para los compañeros de Eurosport que lo hacen fenomenal. Espero que en TVE, aunque llegan tiempos dificiles, apostemos de nuevo por este producto.

- Ahora que con la última reforma de la televisión pública parece que primarán más los criterios de servicio público que los estrictamente comerciales, ¿se conoce cómo afectará esto a las retransmisiones deportivas? ¿Podremos volver a ver a las selecciones inferiores en los grandes campeonatos o nos tendremos que conformar con amistosos y clasificatorios?
- Habrá menos presupuesto para deportes. Será un tiempo dificil. Las Federaciones deberán buscarse la vida y ser ellas las que nos den el producto (no pagar nosotros) para sacarlo en antena. No se pueden pagar los precios que se pagan hoy dia por estas competiciones. Estamos, de nuevo, inflando el producto por la competencia del mercado

- ¿Cómo ha vivido desde dentro la salida, no siempre sencilla, de grandes profesionales como José Angel de la Casa, Pedro Barthe, Quique Guasch, Ramón Trecet y otros muchos sin rostro para el gran público pero indudablemente importantes en la parte técnica? ¿Mantiene relación con alguno de ellos? ¿Hay tanta convulsión en la sección de deportes como se rumorea?
- Te veo muy muy enterado de todo lo que pasa por aquí. Yo lo viví con dolor. Estos compañeros estaban en su mejor momento y fue una decisión meramente coyuntural, de ajuste de cuentas, de números, despreciando décadas de conocimiento y talento deportivo. Me duele en especial la de José Angel, que fue la persona que confió en mi para este tipo de transmisiones y para ser el reportero estrella de Estudio Estadio cuando yo apenas empezaba, y la de Pedro Barthe, porque sin duda ha sido y será el mejor de todos nosotros en conocimiento del medio y conocimiento polideportivo.

- ¿Cree que actualmente el periodismo deportivo (en general) peca de sensacionalismo? ¿Cree que en otra época un periódico como Marca hubiera sacado en portada un "vete a tomar..." para destapar una discusión de vestuario? Desde fuera da la sensación de que las ventas lo justifican casi todo, pero ¿cuál es su visión como periodista?
- Hoy en día el periodismo deportivo no existe. Es venta de producto y ya vale todo. Valen tacos, opiniones, valoraciones sin ni siquiera conocer la materia o al sujeto del que hablas. Se supone que en el periodismo clásico la noticia es la noticia y está dirigida a un público culto al que satisfacemos cumpliendo su derecho a la información. En el deporte no debe ser diferente, pero si lee esto algún joven periodista se parte de risa. Yo sigo apostando por el periodismo de calidad que no tiene que ser serio, ni sensacionalista, ni nada. La calidad no pasa nunca de moda.

- Para acabar con otra cara, un poco de actualidad futbolística. ¿Es este Barça (o el del año pasado) el mejor equipo que ha visto nunca? ¿Cree que su apuesta por la cantera es extrapolable a otros clubes?
- Sin duda. Te lo comenté antes. Apuestan por un estilo que trajo Johan Cruyff y se sirven de jugadores creados en esa escuela bajo ese estilo. Atención por cierto a Gay Assulin que ya ha jugado con el primer equipo. Me lo recomendó Martínez Vilaseca, quien junto a Rexach sacó adelante a Messi.

- ¿Cree que Guardiola pasará a la historia del fútbol sólo como el entrenador de un equipo de ensueño o lo hará como un auténtico genio de los banquillos?
- Guardiola ya ha hecho mucho: ganar cinco títulos en un año es muchísimo. Sólo se valorará, al igual que se olvidarán muchas cosas, con el tiempo. Pero así debe ser, para que no vivamos permanentemente de tiempos pasados. Desde mi punto de vista Guardiola ya era entrenador cuando jugaba. Te acuerdas que la tocaba rápido y se movía, o que gesticulaba ante un compañero o que los regañaba en pleno partido. Hay muchos jugadores que ya son así desde que empiezan.

- ¿Son justas las críticas que ha recibido Manuel Pellegrini? ¿Hasta qué punto considera responsabilidad del entrenador derrotas como la de Alcorcón? ¿La enorme inversión realizada en verano por el Real Madrid justifica las prisas para evaluar un proyecto con tantas novedades?
- Es un error hacer un equipo de esta forma. O pedirle resultados inmediatos. Años llevamos pidiendo un estilo de juego para el Madrid y jugadores en función de ese estilo. ¿O tienen algo que ver el estilo del Madrid con Capello, con Schuster, con Luxemburgo, con Pellegrini?. Nada, nada de nada. ¿El Madrid ataca, defiende, cultiva la excelencia... a qué juega el Madrid? De momento a conjuntarse y luego ya veremos. Lo de Alcorcón se debe a una mala disposición táctica, mala predisposición de los jugadores (jugar ante un pequeño siempre te relaja) y a que el Alcorcón hizo un partidazo. Estoy seguro que el Madrid remonta (nota: la entrevista se realizó antes del partido de vuelta). En el fútbol moderno de alto nivel no hay paciencia. Se gastan 260 millones y hay que jugar bien ya. Eso es imposible, pero decirlo no vende, con lo que todos nos subimos al carro y olé Kaká y olé Cristiano y viva Arbeloa. Y a hacer la pelota a Florentino. Ese no debe ser el papel del periodismo. Sí el de los editores, no el del profesional.

- Por último, ¿podría contar alguna anécdota divertida o alguna situación delicada que haya vivido en esos años de seguimiento a las selecciones inferiores? Supongo que habrá muchas, ¿no ha pensado en recogerlas en un libro (o en un blog propio)? Desde luego yo lo compraría...
- Lo que los jugadores vivieron en sus primeros días de Nigeria les hizo pensar que aquello era un infierno y estaban deseando perder. No te digo que se dejaran perder, pero estaban deseando que en el primer partido contra el Brasil de Ronaldinho y Fernando Baiano les metieran una buena goleada y venirse pronto para casa. Pues no, empezaron a ganar con los dos goles de Gabri y de ahí a la final.
Una anécdota dura y que no sé cómo pude llevar a cabo. Me mandaron ir al Mundial Sub-17 de Ecuador 95. Me mandaron en avión hasta Quito y luego me ponían coche alquilado hasta Riobamba, donde estaba Santisteban con los chicos. Dije, bah! 180 kilómetros, bueno, pues pese a la altura y al jet lag, me cojo el coche y ya llegaré. Fueron los 180 kilómetros por la carretera Panamericana con árboles caídos, socavones en medio de la carretera, autobuses con luces largas... realmente no sé como llegué; debí salir de Quito a las diez u once de la noche y llegar a las siete de la mañana, por todo el altiplano. Desde Quito hasta Riobamba a casi 4000 metros de altura. No te exagero, de verdad, no sé como lo pude hacer con un Ford Fiesta que no embragaba bien y que se calaba, y comiendo pollo caliente a través de los Andes. Claro que semanas después bajar del altiplano hasta Guayaquil para la fase final, con otro coche, fue otra aventura. Y recuerdo que disfrutaba como un enano!!!!!

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Fotos: as.com, Paco Grande